jueves, 18 de enero de 2007

EL FACÓN





Es el arma gaucha por antonomasia. A punto tal, que para el no iniciado es el nombre con que se identificad automáticamente al cuchillo gaucho, cualquiera sea su variante. Sobre el origen del nombre existen distintas conjeturas, la más acertada es la que indica que proviene del idioma portugués, en el que "faca" es "cuchillo" y, por lo tanto, "facón" sería su aumentativo "cuchillo grande".Se define básicamente como arma de defensa o combate, aunque el gaucho también los haya utilizado para otros menesteres: terminar o faenar una res, cazar o cuerear, e incluso para comer.La historia cuenta que los paisanos ricos los tenían con hoja de plata y empuñadura con iniciales grabadas en oro o plata, mientras que los peones de campo lo confeccionaban con hojas de correas elásticas de carros, limas viejas en desuso y con empuñaduras de asta de huesos de animales o con naipes yuxtapuestos que les brindaba solidez.En resumen, el facón era, antes que nada, una formidable arma de combate, que nuestro gauchos esgrimieron con habilidad para defenderse hasta de las lanzas indias o de los sables militares.



El facón en nuestro Martín Fierro:
Nuestro máximo poema gauchesco hace mención del cuchillo en varias de sus prosas.Mencionamos aquí el canto XXXl, verso 4545 y 4550.


Y el gaucho sabe arreglarse


como ninguno se arregla.


El colchón son las caronas,


el lomillo es cabecera,


el cojinillo es blandura,


y con el poncho o la jerga,


para salvar el rocío


se cubre la cabeza.


Tiene su cuchillo al lado,


pues la precaución es buena.

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